Con todo preparado desde ayer me limito a ir a desayunar al Albergue y preguntar cómo tengo que dejar la bici para los de SEUR. Con el resguardo que llevaba de la página de Bicigrino me hacen rellenar unos impresos, me dan un resguardo y ya está.
El dueño del Hostal Finistellae me ofrece toda su colaboración e incluso herramientas por si las necesito para desmontar la bici. Le agradezco su ofrecimiento pero no es necesario. En la habitación donde dejo la bici hay ya 2 más preparadas para SEUR. Como no quiero que me rompan ningún cable de la e-bike la desmonto con cuidado. Giro el manillar, quito el caballete doble y los pedales. Lo sujeto todo con cinta americana y una venda SN, coloco las alforjas sobre la bici y pongo dos letreros con la dirección (que ya traía hechos desde Mallorca), uno en la bici y otro en las alforjas. Pongo una muy mala foto para ver como quedó el invento.
Pago el Hostal y me voy hacia la estación de autobuses. El próximo sale a las 16.00. No tengo prisa. Un paseo por el puerto, una comida ligera y el autocar. Llega a Santiago en 2 horas porque se le ha estropeado el aire acondicionado y no hace más paradas. Mejor, un poco de calor pero a las 18.00 en Santiago.
Busco el Hotel Rey Fernando, que lo único que tiene bueno es su ubicación a 200 m. de la estación de Renfe. y la amabilidad de su recepcionista. Todo lo demás es para no recomendarlo. Nunca había estado en un hotel así. Al día siguiente cojo un tren hacia Madrid y el día 15 avión hacia Mallorca. No había otra combinación de transporte público para llegar antes. Es un precio que pagamos los que vivimos en Mallorca y que nadie cuenta. Ya he vuelto a mi casa.
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